¡No te atrevas no!
a decir adiós
que si quieres
verme morir
basta con el
silencio frío
de tus labios.
Me sometes a tus
noches
y me olvidas en el
día
que la ventana está
abierta
para ver ese sol
que muere de dolor.
¡No te atrevas no!
a dejarme en esta
soledad,
en esta oscura
realidad,
no me dejes corazón
a corazón.
Dime tú qué me
dices en el grito
del sueño púrpura
si mis sueños
son el susurro al
oído de mi alma
que reclama un
beso.
¡No te atrevas no!,
sólo quiero estar
así
incansable para
todos
menos para ti.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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