Arrancas la blusa
cual piel,
mi alma esclava es,
masacras el amor
que envuelves con
pena y dolor.
tan sólo un trozo de
carne,
un trapo en el aire
inherente ante ti y
al deseo de poseer.
¡Mátame! ya que si
he de vivir así
el Infierno está
aquí frente a mí,
mátame ya, que
quiero vivir en otra piel,
otro cuerpo, otro
ser.
El miedo se apodera
de mí;
a veces sueño en
alas que me elevan
y sólo miro un
cuerpo marcado, mutilado,
ahogándose en toda
aquella podredumbre de los humanos.
Me miran pasar, con
un poco de maquillaje
logré tapar el morado
de mi soledad,
el rojo carmesí del
golpe que ya no sentí.
Mírame bien que
puedo ser tu hija,
tu hermana, tu
madre,…
dame la mano, no
seas inhumano.
Sé que se preguntan:
¿por qué no hace algo, por qué no salir?,
¿por qué seguir en
esa vida mísera?,…;
si supieran que a mi
madre vi morir
en manos de un ser
llamado padre,…
me ato a una vida
que repito día a día.
No me gusta vivir
así.
No quiero vivir así.
No sé salir de aquí.
¡Qué difícil es
decir que vivo así!.
Me apena la pena que
sienten por mí.
Hoy sé que la vida
está en cada ser.
La fuerza está
dentro de nosotros.
El amor es la medida
en cuanto nos amamos
a nosotras mismas.
Mgabriel Portilla MÉXICO
Siempre hay esperanza y quizás estas palabras son sólo eso, palabras;
espero que lleguen a alguien que sienta lo que estas letras dicen y no pierdan
la fe en sí mismas; siempre habrá una mano amiga que ayudará a curar el dolor.
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