Dejé cada instante de mí en tus días,
arrancaste mi piel con tus ironías,
mis heridas jamás sanaron.
Y no quiero encontrarte en otra vida,
no quiero ser siempre
el enemigo de mi amor.
Éramos un silencio
llenito de ilusiones
y un corazón
que se marchito en su dolor.
Jamás digas que no te quise…
porque te amé como nadie te amó...
Te perdoné aun cuando
me muera en el desamor.
MGabriel Portilla.
Tulancingo Hidalgo, México
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