Y me besó tan tiernamente
que mis miedos desaparecieron.
Me abrazó
como si nadie,
como si nunca
y mi alma tuviera
alas más grandes.
No sé qué hizo conmigo
pero devolvió la sonrisa
y esas ganas
de enamorarse como nunca.
Sólo quiero
perderme en su abrigo
una vez más,
no importa si no existe
un para siempre.
MGabriel Portilla
MÉXICO
No hay comentarios:
Publicar un comentario