Y le dije:
- “Antes de besarme
y escuchar la primera poesía
ya no querrás alejarte de mí”.
El me miró fijamente y me dijo:
- “Te esperé mil años,
me debes ese beso y tu poesía
pero yo te guardé un te quiero
y mis manos
para enlazar con las tuyas”.
Eres mi más bonita poesía.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo, México
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