Hoy murió el silencio
que a mi voz tenía en cautiverio,
fue como romper el cristal del mar
y las olas llegaron
en ese vaivén de soledad.
Es como si el díase tornara lleno de luz
y los colores renacieron,
hoy por fin
la venda de los ojos cayó
y puedo ver brillar mi luz.
Necesitaba darme cuanta
que estaba sola,
que nadie más
estaría para mis tristezas,
mucho menos para mis alegrías,
de un momento a otro sentí la vida.
Estaba ahí
en espera de gritar y entendí
que sólo mi alma me abrazaría
y se sentía orgullosa
de nuestros logros.
Me vestí de dignidad,
de amor propio,
de alegría por mis semejantes
y abracé en silencio mi emoción
al ver mis sueños cumplir.
Miré de pronto la habitación
y ésta sola festejando cada logro
después de una y mil personas
que hoy se caminan a mi lado.
Aún lloro de vez en cuando
por el pasado
y no lo dejaré ir,
es quien me ancla
a la tierra y su latido.
Estos últimos días descubrí
que muchos estamos
tan ávidos por ayudar y dar
y el poder de las palabras,
el sueño de lograr
y ahí voy
entre que vuelo y camino.
En silencio lloro,
en silencio festejo
la unión de mil almas
y llega el día en que
todo es posible...
(Continuará...)
MGabriel Portilla
MÉXICO
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