esa primera oportunidad
no te la di a ti
fue para mí y renací.
Después de ese ímpetu,
esa mirada
y esa forma tan tuya,
la oportunidad
me la di a mí.
Porque tú ya estabas
enamorado de mí,
porque tú
ya rondabas mi vera
y mi voz perseguías.
Tú ya traías
la magia del amor
y de hacer sueños realidad,
de hacerme sonreír
y aunque nada fue fácil
me enseñaste
esa forma tuya de amar,
donde también
se encuentra la felicidad.
Aunque me rehusaba a ese sentir
tú sabías bien como mi alma domar
y mis latidos cantaran de felicidad,
tu nombre tatuaste
en cada espacio de la piel
y aunque todo fue un caos
tú me abrazaste con amor.
Me permití pensarte
y ¿sabe? me gustó la idea
de que mis huellas fueran
compañeras de las tuyas,
me gustó ese instante
donde estuvimos de frente
y esas noches
en que me atrapas en el tiempo.
¿Sabes?,
a veces aun mi razón
se cuestiona como me permití
que mi insolencia ante este amor
pueda matar a mi corazón,
mil dagas están latentes
y aún así sonreí.
¿Vale la pena?,
claro que vale la pena
cada minuto de este sentir
y sé que la vida
puede a mis pies venir
y que si muero en la batalla
siempre tu te amo me salva,
mientras tus manos no me suelten,
mientras tus días
a mi lado despierten
valdrá cada pena.
¿Sabes?
aun digan todo lo contrario
yo en ti confío y sé
que me creen ingenuidad
pero no saben que sé la realidad
y aun así decidí
seguir con muestro andar
porque cuando amas
el alma no miente,
los te amo no son epifanía
y los momentos entre tú y yo
son el mundo de dos.
Mgabriel Portilla
MÉXICO
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