Te miro mil veces desde este mundo 
donde todo parece crueldad, 
donde la traición es algo 
que se deja pasar. 
Pero te espero aquí 
sentada bajo la luna, 
entre el obelisco del arrebol 
entre la aurora y el árbol 
que me acompaña hoy. 
Quiero darte mi ternura 
que se niega a ser guardada, 
y mi tiempo que no fue 
nada en otro reloj, 
mis besos que otros labios despreciaron 
y lo mejor de mí quiero compartir. 
Sólo tienes que abrazar mi caos, 
barrer los escombros 
y los cristales que salían de mis ojos. 
Pero aún con todo eso 
en mí está ese amor bonito, 
ése que sueña y renace, 
aún tiene nombre 
pero él lo está borrando 
con cada palabra, 
con cada daga que me hace llorar. 
Mi espera no desespera 
y aún sueño con entregar mi corazón, 
en un futuro llegará ese amor 
o quizás sólo en mis sueños exista 
como esa ilusión que no me valoró. 
Sólo si por algún motivo 
nos encontramos… 
déjame quererte, 
no dudes de mi amor 
porque siempre estás 
en mi corazón. 
Ten por seguro 
que lo que siento es real, 
mágico y bonito, 
navega entre el cosmos 
y que la estrella fugaz 
nuestro deseo cumpla. 
Mientras tanto te quiero a ti 
en cada suspiro, 
no pierdo la fe y la esperanza 
que un día vuelva a latir el corazón 
y el alma nos abrace con amor. 
M. Gabriel Portilla 
Tulancingo Hidalgo, México

 
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