De alguna galaxia

Y me bebí lo que había de vino
sólo para poder mirarte
en alguna galaxia;
no recuerdo el nombre
ni las coordenadas exactas.

Me bebí cada gota del dolor
en ese vino añejado por la desilusión
hasta que llegara el olvido
y perdiera la razón.

No sé si la vida es la cura
o la sentencia de muerte,
entonces me volví fría, arrogante,
y no creo más en fantasías de amor.

Hoy añoro con ilusión
una cita para dos,
una noche estrellada,
un baile a la luz del alba;
quizás necesito beber más
para sentirte tan cerca
te pueda respirar.

No sé a qué te dedicas;
si bien eres experto
en defender al amor
y hacer de mi mundo el mejor.

Y vivirás por siempre en mi pecho,
entre el horizonte de amor
y la costilla donde llevo
tatuado nuestro amor.

Después de algunas copas más,
puedo mirar y titular
tus pupilas de tus ojos cafés
y esa sonrisa invitándome
a besarte una vez más
antes de que llegue la cruda realidad.

MGabriel Portilla
Eres mi más bonita poesía
Tulancingo Hidalgo, México