Cada palabra
atravesó mi alma
y mi corazón
muere lentamente
por el desamor.
cada palabra
fue una daga
que se marchitó
y me llenó
de desilusión.
Me abracé a mis miedos, nuevamente
me mataba la desconfianza
y no pude negarme a llorar.
Mis lágrimas rodaban
y llegaban a mi corazón,
un grito me decía:
no pierdas la razón.
Muriendo lentamente
mi dolor floreció
y a veces lloro y otras río
cuando me abrazo a lo que soy.
MaGa TiCio
M Gabriel Portilla
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