sábado, 30 de noviembre de 2019

Día a día



Tengo el alma compungida
por un desgarrador desamor,
aquella inesperada partida
le dejó un gran resquemor.

Tendré que ir día a día
desahogando mi corazón
y escribiendo triste poesía,
iré desechando esta pasión.

Mis lágrimas brotarán
como lánguidas florecillas
y, con su salobre, surcarán
duramente mis mejillas.

El tiempo irá pasando
entre recuerdos y suspiros,
y mi corazón desahogado
mostrará de nuevo sus latidos.

Mi alma ya restablecida
sembrará flores en mis pupilas
y, de aquellas dolorosas lágrimas
brotarán bellas y frescas lilas.


Isabel San José Mellado



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