Sé que te sientes
abandonado
cuando me ves ante el
escritorio,
allí mi corazón vive encerrado
en un impenetrable
envoltorio.
Sigiloso por detrás te acercas
y, mirando de reojo mis
letras,
reclamas celoso mis besos.
Mis ojos te miran sin
verte
mi corazón ahora es de
otro
y sin dejar jamás de
quererte
tu retirada con amor exhorto.
La poesía ahora es mi
dueña,
sus musas presa me tienen,
mi alma con amores sueña,
tus celos no me retienen.
Pronto volveré a la
realidad,
cambiaré el lápiz por tus
manos
y dejando mi alma en
libertad
verás que son celos
infundados.
Isabel San José Mellado
Registrado - España
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