Después de años
ella y el espejo
se encontraron.
Se miraron como hacía
mucho no se miraban,
entre miradas, tratando
de reconocerse.
Suspirando por el ayer
y se notaron
unas cuantas
arrugas de más
como si aquel tiempo
fuera la eternidad.
Una sonrisa le robó
entre la mirada
que hace mucho
en algún lugar guardó.
Y te miré
nuevamente,
me encantaron tus ojos
y esa sonrisa soñadora,
ese corazón que ama.
Sin duda falta mucho por reconocerte,
pero sé que
está ahí
ese
ser que a nada le teme.
Te miré, te
miró y te sonrió.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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