me
lleve allá
donde
el silencio
grita
tu nombre.
Donde
las lágrimas
son
secadas con tu aliento
al
darme ese abrazo.
Donde
los recuerdos
son
la amena plática
de
reír hasta no poder más.
En
ese vuelo que quizás
algún
día te he de alcanzar
y
encontrar el consuelo
de
que nunca te marcharás.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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