martes, 15 de octubre de 2019

Adicta a tu mirada



Sentada junto a la fuente de mi patio
bajo la fresca brisa que la mañana ofrece,
mojo despacito con cálido café mis labios
mientras mi adicto corazón se estremece.

Es a ti al que recuerda en ese momento,
adicto a esa mirada que su deseo alenta
a volver a sentir en mi cuello tu aliento,
calmando a mi alma su villana tormenta.
 
Adición que me causa una cruel tristeza
pues no es el café lo que moja mi boca,
sino una lágrima cayendo con sutileza
como riachuelo surcando entre la roca.

Y  junto a esa bella fuente taza en mano
tengo un amargo y triste presentimiento;
que mi adicción a tu persona será en vano
pues no percibo en ti ningún sentimiento.

Terminando mi café bajo la brisa matinal
voy desechando esa adición a tu mirada
y como un río llegando lentamente al final
se va sosegando mi pobre alma enamorada.


Isabel San José Mellado.



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