Siento
tristeza en el alma,
viendo
yerta a mi abuela,
es
como un mar en calma,
o el
final de una novela.
de
familiares y amigos,
todos
hablan, nadie pena
tristes
tengo mis sentidos.
Que
me dejen despedir,
en
silencio a mi abuela,
no
me gustaría decir,
¡callaos,
que aquí se vela!
Una
triste despedida,
a la
que he acudido,
verla
tumbada sin vida,
de
pena me ha henchido.
Ya
se marcha el cortejo,
a celebrar
el sepelio,
al
menos allí en el templo
imperará
el silencio.
Adiós
querida abuela,
nos
dejas buen legado
sacude
tus alas y vuela
tu
principio ha llegado.
Isabel San José Mellado
Derechos de autor - España
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