Me
prometiste tantas cosas,
que no
llegaste a cumplir,
que voy a cerrar
las puertas,
dejando
afuera mi sufrir.
Llenaste de
flores mis jarrones,
cartas de
amor inmensurable,
pero de amor
vacíos los cajones
de mi alma,
amándote incansable.
Cubriste de
satén y terciopelo,
mi pequeño y
suave cuerpo,
y de caras
joyas mis deseos,
pero jamás
soltaste mi cabello.
Fui la
princesa de tus sueños
engalanada a
base de dinero,
pero nunca
te diste cuenta,
que necesitaba
un ¡Te quiero!
No insistas
más, no por favor
nunca
necesité tus regalos,
aún tengo en
el corazón dolor,
de aquellos
tristes y vacíos años.
Isabel San José Mellado
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