Entre
el silencio de la noche
un
ángel duerme sin derroche
despertada
por la maldad;
niña
mía, no llores más.
y
de su juego él hace presa;
jamás
su mío será igual;
niña
mía, no llores más.
Detrás
del cristal
un
ángel mira,
un
ángel llora;
niña
mía, no llores más.
Calla
ante el dolor
ultraje
de su alma,
deseo
de ser mariposa
para
volar sin regresar.
Niña
mía, no llores más;
eres
un ángel que siempre
feliz
serás, vuela entre risas
y
ese ser de maldad al infierno irá.
MGabriel Portilla México
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