¡Sí!, se
fue, se alejó;
ella puso
una barrera
pensando
que él la podría derribar,
mas no
fue así, él simplemente
prefirió
morir.
Se fue ¡sí!.
Se fue
dejando el alma herida,
dejando
un mar le lágrimas
que ella
no guarda, entre la soledad
ella
llora añorando.
Se fue, ¡sí!,
y no hay
regreso, él ya se sentía preso
de la
agonía del desamor, nunca vio
que por él
ella hace mucho murió,
era un
trozo de hielo en primavera.
Sí, sólo
un soplo de sol,
ella
morirá de amor al ver
la
indiferencia, estando sin estar,
esperando
el cambiar de un sueño
sin
realidad.
Cruel
realidad atando, matando,
soñando
en esa sonrisa vacía,
siendo un
poco de alegría dividida,
queriendo
unir lo que se rompió.
Olvidando,
renovando
el
corazón que ya no
tiene
razón por la que amar
más que
el dolor...
MGabriel Portilla México
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