de mi vida
son el elixir,
aunque a
veces son quejas,
no los dejes
de escribir.
me alegran
cada día,
y a tus
tiernos cariños,
me colman de
alegría.
Necesito
tus manos,
las que escriben
poesía,
y, que suave
a mis senos
ungen de dulce
ambrosía.
Necesito tu boca,
la que tan
jugosa,
a mis labios,
evoca
besos
escritos en prosa.
Necesito tu
cuerpo,
entero, desarropado,
para darle mi
aliento,
bajo un cielo
estrellado.
En poesía te lo
transmito,
no sé hacerlo
mejor,
todo entero,
te necesito,
como la
tierra a su señor.
Isabel San
José Mellado - España
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