Entre la montaña
nació el de la guitarra
que hacía suya a placer.
En cada canción
le decía murmurando:
hazme tuyo sin querer,
él hechiza a los sueños del sol.
Él quería enamorar a la luna,
mas de sus ojos dueño era,
entre estrellas,
la magia de su música
ya era suya.
Le envolvió en su gabán
que hablaba de sus ancestros,
los que viajaban a través del tiempo
en sus cuerdas que vida les daba.
El de las montañas,
el de la mirada de sueños,
el del infinito,
el del sabor a tierra y brazos de barro,
el de las montañas.
MGabriel Portilla
MÉXICO
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