viernes, 30 de abril de 2021

CONFINAMIENTO

 


Confinado el mundo por un maldito

virus que corroe por dentro la sangre,

dolor en la mirada, de amor, hambre,

y entre cuatro paredes silente grito.

 

Entre las mudas estancias del hogar

un alma deambula solitaria,

un corazón implora una plegaria,

ruega a Dios que la deje de hostigar.


Resbala por el espejo empañado

el agua como río en su nacimiento,

despacio, y en un silencio ahogado

 

oculto tras maquillaje, el sentimiento

de un cuerpo por fuera magullado,

rogando que cese el confinamiento.


Isabel San José Mellado - España


 

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