lunes, 18 de enero de 2021

"Yo no le hago mal a nadie"

Una persona con problemas derivados del abuso de las bebidas alcohólicas entró en el despacho donde solía tener charlas individualizadas con las personas acogidas en aquel recurso social para personas sin hogar.
Su enfado era más que notorio: sus gritos, insultos contra el educador que le negó la entrada al comedor, sus burlas hacia el conjunto del recurso y sus “estúpidas” normas –según él- era lo único que resaltaba.

-“Siéntate, le dije. Y se sentó.

-“¿Qué te parece si antes de hablar respiramos un poco?, añadí.

-“¡Déjate de bobadas!, no estoy para perder el tiempo. Tengo que entrar al comedor y estamos ya en el último turno y si llego más tarde no entraré”.

-“Y si no me cuentas qué es lo que pasa con calma y sin faltarle el respeto a nadie tampoco entrarás, así que es mejor que empecemos por el principio. ¿Qué pasó para que hayas llegado hasta aquí en ese estado que hace unos segundos manifestabas?”.

-“Pues lo de siempre. Estaba ahí ese tío controlando la entrada al comedor y nada más verme ya me dijo que no podía entrar allí ¡y no me dejó entrar!, ¡decía que estaba bebido!”.

-“Y has bebido y no poco, y estoy seguro que hasta tú te hueles el “aroma” a vino y además bien fuerte. Esto no es cosa sólo de un trago. Sabes además y de sobra que con esos síntomas no se puede entrar al comedor así que… ¿por qué has intentado aún así poner a prueba al compañero que tiene la poco agradable tarea de determinar quién puede y no puede entrar al comedor?”.

-“Vale, sí, he bebido pero no soy como otros que no se tienen ni de pie. Yo no me meto con nadie y si no me crees… pregunta a ver cuándo he armado yo alguna bronca aquí. Yo me controlo y no armo escandaleras”.

-“Hace un rato estabas poniendo como un zapato al compañero y da igual que lo hagas en privado delante de mí como que sea delante de todo el mundo, el hecho es el mismo”.

-“Vale, estaba muy enfadado y necesitaba sacar esa rabia que tenía encima. Perdona. Pero yo no le hago daño a nadie”.

-“¿Qué no le haces daño a nadie?. ¿Estás seguro de eso?”.

-“¡Sí!, completamente. Pregunta a quien quieras”.

-“Te lo pregunto a ti. Y no te lo pregunto por lo que ha pasado hoy, te lo pregunto por todos esos días en que has venido igual o peor. Te lo pregunto por todos esos otros días y semanas en que ni siquiera has aparecido por este lugar y tú sabes sobradamente las razones de por qué no venías”.

-“Pero eso es problema mío; ¿a quién le importa lo que a mí me pase?”.

-“A ti no, desde luego. A ti no te importa estar como estás. A ti se te pasa por alto incluso que eres alguien, ¡eres ALGUIEN!, y ese alguien que eres merece respeto, merece cuidados, necesita de tu amor, de tu atención,… pero ¿te escuchas siquiera?, ¿atiendes lo que hay en ti o prefieres y preferirás seguir escapando como hasta ahora?. ¿Y me dices que “tú no le haces mal a nadie”?, ¿es que tú no eres una persona?”.

El hombre mantuvo su mirada en mis ojos durante un rato. Luego la fue bajando lentamente al tiempo que agachaba su cabeza entrando ambos en un silencio que él mismo interrumpió para preguntarme: ¿Qué puedo hacer?.

No se trata sólo de “no hacer mal a nadie” bajo el supuesto de que en ese “nadie” no estamos incluídos nosotros. Se trata de poner eso en positivo, eso en primer lugar, y en segundo lugar “hacer bien a todo el mundo” y sabiendo que en ese “todo el mundo” estamos también nosotros.

Y si no empezamos por amarnos a nosotros mismos ¿qué autenticidad y credibilidad habrá en nuestras palabras e incluso en nuestros propios hechos que mostramos de cara a la galería?.

La autoestima es eso: es estimarse a uno mismo. ¡Es tan simple!. Y te estimas a ti mismo cuando te respetas, cuando te cuidas, evitas aquello que pueda hacerte daño y potencias cuanto pueda hacerte bien, cuando creas armonía en tu entorno pues esa armonía luego será tu hogar, será el ámbito natural en el que te moverás.

Quererte a ti mismo/a es apostar por ti, confiar y creer plenamente que vales la pena, haya pasado lo que haya pasado hasta ese momento en que tomas conciencia de quien eres y de tu inmenso valor. Los demás podrán decir lo que quieran y podrán pensar lo que les apetezca… pero nadie mejor que tú sabrá realmente quien eres, lo que hay en ti y esa voluntad tuya capaz de todo si la valoras también un poco más.

Santi Catalán

PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:

  • ¿A qué conclusiones llegas tras leer esta entrada?. ¿Qué piensas del diálogo narrado en este artículo?.
  • ¿Qué es para ti la "autoestima", en qué consiste o ha de consistir?.
  • ¿Te consideras una persona que se ama a sí misma?. ¿En qué ves que demuestras tener autoestima y en qué ves que no?.
  • ¿Qué puedes hacer hoy para mejorar tu autoestima?, ¿qué pasos vas a dar?, ¿por dónde vas a empezar?.

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