domingo, 10 de enero de 2021

Muertes

Y ahí estaba sentada esperando el turno 
como se espera la llegada 
impaciente, inconsciente del daño. 

Aún mis entrañas 
palpitaban llena de vida 
y en mi mente… sólo muerte. 

Y es que parecía irreal, 
sólo una fantasía, 
suspirando la agonía. 
¡Piedad!. 

¿Cómo matar y no sentir 
el ahogo de la conciencia?; 
ya me habían hablado de este sentir, 
con el tiempo será el duro verdugo. 

No quiero llorar, veo que 
mi turno está por llegar; 
no puedo más 
y mis manos tiemblan 
y mi alma muere lentamente. 

¿Cómo seguir…?. 
Decido marcharme. 
Mi hijo tiene cinco añitos, 
me mira y hoy sonríe... 
¡Qué gran bendición!. 

La vida de tu vientre 
es tu vida en el corazón, 
suspiros que laten y sonríen hoy. 

¡No al aborto, 
no a la muerte 
del inocente!

Mgabriel Portilla MÉXICO

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