Cuentan que cuando el soberano de un reino anunció su
propósito de visitar un monasterio, todo el mundo exteriorizó su nerviosismo.
Sólo el Maestro mantuvo su habitual calma.
Conducido el rey a presencia del Maestro, le hizo
una profunda reverencia y le dijo:
- «He oído decir que has alcanzado la
perfección mística, y quisiera saber cuál es la esencia de lo místico. »
- «¿Para qué?», preguntó el Maestro.
- «Deseo averiguar la naturaleza del ser, a fin de
poder controlar mi propio ser y el de mis súbditos y conducir a mi pueblo a la
armonía. »
- «Está bien», dijo el Maestro, «pero debo advertirte
que, cuando hayas avanzado en tu averiguación, descubrirás que esa armonía que
buscas no se consigue a base de control, sino a base de entrega. »
ANTHONY DE MELLO, Un minuto para el absurdo
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué objetivo principal pretendía el gobernante y que motivó la respuesta que dio el maestro?.
- ¿Qué efectos tiene el "afán de control" y la "entrega"?, ¿qué diferencias hallas entre una y otra actitud?.
- ¿Qué gestos de entrega podemos vivir en nuestro grupo y así poder generar esa armonía que buscamos?.
- ¿A qué te comprometes hoy para evidenciar esa entrega a ti mismo y a los demás y generar así una mayor y mejor armonía en ti y en el grupo?.
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