Mire usted,
qué ironía de la vida,
yo cuidando mis razones
y usted desordenando mis ideas.
Cuando parece
ya no haber más que me sorprendería
llega usted con ese ímpetu,
arrebatando la sonrisa,
contagiando de alegría.
Alborota mi sueño
y renueva mis anhelos,
es usted un cabr...
que sabe de qué es dueño,
no sólo del corazón,
también de la ilusión.
Pero a usted
le parecen magia los instantes
y no importa el día ni la hora,
llega con la algarabía de abrazarme
y eso usted sabe
que me llena de felicidad.
Mire usted,
que hasta del ayer
me he olvidado
y hoy desperté
pensando en usted.
MGabriel Portilla
MÉXICO
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