en el mar de tu abrazo,
del sueño prófugo
y al sabor a café.
Y después ¿qué?,
posteriormente vino el abrazo
con esa ternura
que sólo tú me das,
la plática de un corazón
que sabe amar.
Después vino ese beso tierno
pronunciando el te amo mucho más
y la caricia que aquieta mi alma.
Entendí las tantas veces
que me causas felicidad,
todo en ti me hace creer
que todo estará bien.
Me hacías falta,
pero no por necesidad,
me hacías falta de amor
y sentir tu calor.
Y después ¿qué?,
más tarde sólo una plática de dos,
un café con saber a ilusión
y un abrazo para decir
todo estará mejor.
MGabriel Portilla
MÉXICO
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