¡Hoy me
di cuenta
que hay
alguien más en tu vida,
encontré
una nota
y mi alma
moría!.
La leo
una y mil veces,
deja ver
el sentir de ella
y me
preguntó, si le ama;
¿qué
haces aquí?,
¿qué
esperas para ir y vivir?.
¡Y mi
alma moría!.
Mi cielo
está en gris,
mi corazón
aún no entiende
y se
pregunta: ¿por qué a mí?,
¿en
verdad no valgo nada?;
pido
fuerzas, pido serenidad.
¡Y mi
alma moría!.
Llega el
momento de
tomar
decisiones, de decir adiós,
que este
tormento termine.
¡Y mi alma
moría!.
El dolor
y la pena
aquella
mujer
se atreve
a enfrentar
aquel ser
tan malo.
¡Y mi
alma moría!.
Le
contesta la razón:
es tuyo
puedes llevártelo,
él es
libre como sus actos,
si está a
mi lado es su deseo.
¡Y mi
alma moría!, ¡moría!.
Llega a
casa y le pido se marche,
él pide
perdón, da una explicación;
pido
respeto, quiero ser libre.
Y si él a
mi lado estará sabe bien su actuar.
Mi alma
murió, renació y es más fuerte.
Soy una
nueva mujer
aun con
el paso del tiempo,
aun con
los años a cuestas;
la herida
aún sangra, se aprende a vivir.
Y mi alma
vive, es libre.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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