Marcharé silenciosa hasta la cima de una
lejana montaña,
donde pueda, en cada día nuevo poder
admirar su mañana.
Navegaré tranquilamente buscando un
islote en alta mar,
donde al atardecer sintiendo su brisa te
pueda recordar.
Caminaré serena hasta un silencioso
verde y fresco valle,
donde en cada noche estrellada mi alma
grite y no calle.
Soltaré los lazos de mis vestiduras con
suma delicadeza,
para que mi piel desnuda pueda desechar
toda tristeza.
Escucharé con los ojos cerrados una sublime
composición
y así, mi mirada, no mostrará el dolor
que lacera mi corazón.
Buscaré en un apartado paraje un solitario
escondite,
para decorarlo con las caricias que
mintiendo me hiciste.
Y cuando esos refugios esta amargura me
hagan olvidar,
contaré al mundo que tu amor quedó, en
ningún lugar.
Isabel San
José Mellado - España
No hay comentarios:
Publicar un comentario