Jamás encontré a ese ser
de quien
un día me enamoré
en
realidad nunca existió
sólo fue un sueño.
Sólo fue
un sueño, sí,
producto
de mi imaginación,
un deseo
inmenso de ser 
amada.
Y hoy,
que busco el calor
del
abrazo, se esfuma 
como
niebla de entre
el alba y
el sol.
Todo
sigue su paso
y yo
lentamente me 
difumino
al salir la luna,
al menos
ella existe.
Regresa
mi amiga la soledad
¿en qué
momento te dejé ir
si tú
siempre has de volver?, 
quédate
junto a mí, te lo pedí.
Siempre
quiero soñar 
pero
nunca más con alguien más;
si me
tengo a mí y el amor, 
ése hoy
he de guardar.
Mgabriel Portilla

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