Aún ellos saben
que sus labios jamás 
se besarán.
Saben que en
la distancia
un mar en medio está,
en el horizonte están.
Ella es de él,
sí, de él,
porque acarician 
cada poro de la piel.
Y sus letras son eternas 
caricias que nada detendrá
porque existe el amar.
Ella es de él
y él de
ella. 
El alma se ama,
se anida entre los brazos 
de lo que quizás será.
Mgabriel Portilla México

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