¡Tus labios!
Objeto de mi deseo,
manantial de amor,
desde el primer beso.
Fruto prohibido
que me llevó a la locura,
donde se pierde la cordura.
Llegué a tocar el cielo
con el primer beso,
derritiendo el hielo
de los dos hemisferios.
Esta sublime pasión
que por tus labios siento,
provoca a mi corazón,
un triste sentimiento.
Y es que no pueden ser
fruto prohibido,
pues me subieron al cielo
sin haberlo pedido.
Tener tus labios,
tan cerca de los míos
y no haberte besado,
nunca lo habría perdonado.
¡Tus labios!
Objeto de mi deseo,
manantial de desamor
desde el último beso.
Isabel San José Mellado
Libro: ISABEL, un canto al amor y al desamor.
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