Llegando el alba
mi amor se marcha,
se desvanece cual
fantasma
entre la penumbra.
Se marcha sin decir adiós,
sin dejar huella para seguir
a esa nueva ilusión.
Eres como ese rayo de luz
que donde va ilumina
todo con su amor.
Porque sin tu brillo
me pierdo yo,
donde
sólo de tu mano camino yo.
Eres ese ser que a mí
da razón,
eres el minuto que se queda
entre la memoria y el adiós.
M Gabriel Portilla MÉXICO
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