Era de esas noches
que dormía
entre las sábanas que olían a ti,
a suspiros y besos de ésos
con sabor a mí.
La noche que me acompañó
hasta ti entre sueños creí en ti.
Y realidad fueron mis anhelos,
los deseos frustrados.
Poco a poco el abrazo
parecía un espejismo,
una ilusión que jugaba
con mi corazón.
Y por fin fui feliz,
al menos en un instante,
me hiciste sentir esa mujer
que siempre fui.
La noche terminará ya
y de vuelta a la realidad
la vida seguro algún día
me sorprenderá.
La soledad, amiga de la noche
amiga mía, es quien en algún
momento las lágrimas secó
un montón de desilusión.
Mgabriel Portilla
México
No hay comentarios:
Publicar un comentario