Cuentan de un gran filósofo que,
día tras día, se debatía en torno al sentido último de la existencia.
Había dedicado a la solución de
este enigma, sus mejores años de la vida.Había consultado a los más grandes sabios que la humanidad haya tenido en todos los tiempos. Y no encontró una respuesta satisfactoria a tan torturante cuestión.
Una tarde, en el jardín de su casa, dejando a un lado sus pensamientos, observó a su hija de cinco años que estaba jugando alegremente.
Se acercó a ella y le preguntó:
- "¿Para qué estás en la tierra, hija?".
A lo que la niña respondió rápidamente:
- "Para quererte a ti, papá".
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué es para ti el "sentido de la vida"?. ¿Es importante plantearse el "sentido de la vida que está a nuestra disposición"?, ¿para qué planteárselo?.
- ¿Cuál es el sentido que le encuentras a la vida que estás viviendo ahora mismo?, ¿tendrá alguna finalidad el conjunto de sus circunstancias?.
- ¿Cómo hacer para que la vida que estás viviendo y la que se te ofrece nueva cada día la puedas revisar mañana y poder decir que LA VIVISTE y te realizaste en ella?. ¿Qué es "vivir la vida con sencillez"?.
- ¿Qué estás dispuesta a hacer hoy para sumar "sentido a tu vida" y disfrutarla en vez de agobiarte o sentirte vacía?; si crees que estás aún por estrenar el camino ¿por dónde vas a empezar?, ¿qué vas a hacer hoy en concreto? (cuando no le encontramos sentido a la vida experimentamos vaciedad y auténtico agobio: todo es una carga).
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