A veces el corazón
late de alegría,
otras veces solo por latir,
otras más al mirar unos ojos
que pareciera
que siempre se miraron.
me miraba de reojo y me dijo:
acaso te conocí en otra vida
o quizás el destino
titila hoy aquí.
Y es que fue extraño,
en verdad sentíamos esa energía
que no nos dejaba respirar,
el universo conspiró
por ti, por mí y hoy
estamos sentados
en plena oscuridad.
El roce de tus manos
parecía traspasar el alma,
magia, juegos del destino,
que me puso frente a ti.
Aun al recordar el instante
en que no sólo dijimos hasta pronto,
será que algún día
te vuelva a mirar
o es la magia
que emana de mi soledad.
Somos almas viajeras
y en el instante
podremos soñar
tú ahí viajero del tiempo
y yo magia en libertad.
MaGa TiCio
M Gabriel Portilla
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