Te marchaste
en medio de una ola,
entre el mar y la calma.
Sin adiós ni palabras
dulzura marchita,
mataste la ternura.
El corazón se marchó
con alas de halcón,
comiendo el amor.
Sepultando los besos
que al aire lanzó,
esperando sin razón.
Se pregunta el alma
hoy, después de ti,
¡qué!... nada quedó.
Susurrando al dolor
acompañados de soledad
y desamor.
Ilusiones mojadas
con el llanto que hoy
derrama el sol.
Mgabriel Portilla México
No hay comentarios:
Publicar un comentario