Me
enamoré de una mujer que de la soledad amiga fue.
Ella
fue mi princesa, dueña de mis horas, de mis días.
Ella
tenía todo, era la mujer de mi vida pero se encharcó en su melancolía.
De
a poco se apartó de mí... y creí que ella jamás vendría a mí.
Los
celos me consumieron y de a poco me carcomí el alma.
Ella
luchaba por soñar y que yo le salvara de la soledad.
Ella
buscaba hacer sueños realidad... mas en su desesperación mil decisiones tomó.
No
le supe entender y perdí su querer.
Aun
intento acercarle a mí, su amistad le pedí... mas los celos de saberle de
alguien más
le
mató como si fuera nada más que crueldad.
Decidí
hacer lo último que me queda para hacerla venir:
destruir
lo poco que le queda, mas ella herida quedará... ella jamás en nadie ha de
confiar.
Pues
si no es mía de nadie será... seguro ella lo entenderá.
Ella
no sabe odiar y mi ángel de alguna venganza la detendrá.
Ella
seguro morirá, ¡qué más da si su amor mío jamás será!.
Egoísta
soy pues sólo yo dueño de su corazón, ella sabe de mi amor mas ella me ha de
odiar tanto como le amo yo...
Autor..D.R..MGABRIELPORTILLA
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