- "Oye, ¿podrías venir pasado mañana a las 10 h. para ayudarme a bajar los trastos de mi casa?, estoy de mudanzas y busco quien complete un grupito que me ayude y así acabo antes".
- "Vale, allí estaré".
Al cabo de unas horas, en casa su hijo le dice:
- "Mamá mi señorita quiere hablar contigo; sólo tiene disponible la hora de 10'30 a 11 h. del martes 4 de marzo. ¿Tú podrías?, porque si no puedes... ella buscará otra fecha más adelante".
- "Sí, claro, trae la agenda para que te lo anote".
Toca a la puerta un vecino:
- "Señora vengo a informarle que dentro de 2 días tenemos la reunión de propietarios a las 9'30 h. ¿podrá asistir?. Es importantísimo que no falte nadie".
- "Sí, en principio sí..., ustedes ya saben que siempre pueden contar conmigo".
Llega "pasado mañana, dentro de dos días, el martes 4 de marzo", y a las 9'15 h. esta señora tras dejar a su hijo en el cole se encuentra con una amiga que hacía mucho tiempo no veía y... esta madre -incapaz de anotar nada en lugar alguno- sencillamente dice a todo que SÍ y en medio de una larga y entusiasmada conversación en una cafetería... se acuerda que a las 9'30 h. tenía "algo" pero no sabe qué y se marcha dejando a su amiga con la palabra en la boca y sin entender qué pasó.
Va a casa a todo meter porque ya son las 10'15 de la mañana; cuando llega le cae una lluvia de preguntas de sus vecinos acabando ya la reunión pidiéndole explicación de su ausencia. Tras inventarse algunas excusas más o menos convincentes, entra en casa y decide darse una ducha para relajarse. Cuando sale del baño se acuerda de que a las 10 h. había quedado para "ayudar a un amigo a transladar unos trastos"; llama por si acaso aún daba tiempo... pero nadie responde al otro lado. Aturullada, ni siquiera recordó que a las 10'30 h. se había comprometido con la señorita de su hijo en el colegio, se entera cuando éste regresa a casa y le cuenta el plantón que le dio a su profesora, a lo que esta madre responde:
- "Es que yo no puedo estar en todas partes al mismo tiempo, ¿¡qué se piensa la gente!?".
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Cumplió esta señora con alguno de los compromisos a los que había expresado su total disponibilidad?. ¿Qué errores crees que cometió?, ¿por qué los cometió?.
- ¿Qué explicación da la señora a a los plantones que fue dando?. ¿Qué podía haber hecho ella, desde el primer instante, para evitar esto?.
- ¿Está bien la "disponibilidad, el estar siempre dispuestos a colaborar"?. Si acaso es así, ¿qué precauciones hay que tomar siempre para que no suceda como le ocurrió a la mujer de este cuento?.
- ¿Qué puedes hacer tú, hoy, para sin dejar de practicar la disponibilidad para con los demás, sin embargo ello no te perjudique a ti ni tampoco a las demás personas?.
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