Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí vio a mucha gente
sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a
cuál más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara
de hambrientos y el gesto demacrado. Tenían que comer con palillos, pero no
podían porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que
estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.
Impresionado, el sabio
salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí
había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin
embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un
semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que
allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos
al que tenía en frente.
Leyenda china.
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- Quien no es capaz de mirar más allá de la punta de su nariz ¿podrá ser capaz de entender lo que ocurre con los demás?. ¿Por qué es importante mirar las cosas desde la perspectiva de los demás, además de la nuestra?, ¿para qué nos servirá esta manera de mirar el mundo?.
- Si piensas sólo en tus dificultades o tus problemas ignorando sistemáticamente a los demás ¿a qué situación llegas?, ¿cuáles pueden ser sus consecuencias?.
- ¿Conoces las dificultades o problemas con los que se enfrentan las personas que están contigo?, ¿qué te ha movido a interesarte por esas situaciones?, ¿por qué te importan?, ¿para qué saber de los demás?.
- A veces nos quejamos de que "los demás no se fijan en nosotros y les importan un comino nuestros problemas" pero... ¿qué hacemos nosotros?, ¿cómo demostramos nuestro interés por esas otras personas?. ¿Podemos cambiar esto?.
- ¿Qué estás dispuesta a hacer hoy para demostrar a quienes conviven contigo que "te importan" como personas y que eres capaz de salir de ti misma para comprender y ayudar, ser más solidaria con quienes te rodean?.
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