Un día caminando bajo la lluvia
el alma clama un abrazo,
el refugio del frío.
Bajo la lluvia
mi corazón lloró
y después de esa tormenta
de nuevo sonrió
cual felicidad tocando
de nuevo llegó.
A veces los raudales de lluvia
nos dejan limpiar el dolor
y entonces el sol sale
con más luz.
Bajo la lluvia
soy un barco entre olas de amor
y si un día llueve en mi calma,
mi tormenta sale
y la risa devuelve a mi razón.
A veces sale
de la mano silenciosa la lluvia
entre sueños y realidad,
somos amor
en medio de la luna y el sol.
Mgabriel Portilla
MÉXICO
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