Había una vez un pequeñito en algún lugar del mundo, él brillaba como el sol al llegar la aurora, su despertar era la aventura más grande porque se imaginaba entre los veleros en la mar para llegar a su escuela; sin más que una imaginación él navegaba entre nubes porque quería un día volar como su papá.
Al llegar a su colegio él empezaba a idear; cuando a su clase de inglés entraba entre palabras que él quería pronunciar no dejaba que ningún número escapara, los atrapaba para poder llevarlos en su libreta cual mapa del tesoro y al día siguiente regresar.
Más tarde sale a jugar con sus amiguitos y amiguitas que le hacen sonrojar, él es un poco tímido y ellas muy alegres; para él es uno de los mejores instantes del día.
Pacientemente espera a su padre para llegar a casa; él pasa por muchas batallas donde se sabe ganador, pero al terminar cada día un reto nuevo empieza, pues su comida hoy tiene yuca y eso a él le debilita (no le gusta y pone cara de guacala, jejejeje) es como veneno a su cuerpo, pierde poderes,
El día de descanso él no tiene descanso; el mundo necesita de él; una guerra inicia con Duna, su perrita, la batalla empieza con globos de agua y “¡Dunaaaa, correeeeeeee, busca escondite!”,… a lo lejos escucha la voz de su papá que deje a Duna… Pero al ver lo divertidos que están se une a la guerra de globos; a veces la batalla termina con todos mojados, regañados,… jejeje pero siempre felices por la guerra ganada…
Él también es guerrero del agua, le gusta nadar y siempre en el agua le gusta estar, pero además le gusta el fútbol: es un buen defensor porque él siempre sol brillante es y a veces desobedece, pero como todo niño aprende su lección y de premio un rico plato de papas y bistek porque eso es la fuerza de nuestro héroe…
El niño con super poderes, pícaro enamorado, nadador por amor, futbolista de corazón, guerrero por convicción; él es un sol iluminando la ilusión.
(Dedicado a Benjamín en su cumpleaños).
Mgabriel Portilla
MÉXICO
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