lunes, 24 de mayo de 2021

Vestido negro

Me vestí de negro, 
salí esperando encontrarte 
entre este mundo de gente, 
me puse tacones y la sonrisa.

Caminé y ahí estabas tú 
sentado en ese lugar, 
mírate tan mmmm… 
todo un señor. 

Parecía una película de amor 
ahí usted tan lleno de sabiduría, 
tan lleno de años y andar. 

Lentamente me miró 
y mi respiración se detuvo, 
parecía que mi alma 
abandonaba el cuerpo. 

Y ahí está usted 
justo frente a mí 
mirándome como queriendo 
guardar el recuerdo, justo ahí. 

Me tomó de la mano y me dijo: 
te invito a mirar la luna 
y no tuve opción, juro que no la tuve, 
caí en el hechizo de sus ojos café. 

¿Qué decir del roce de su piel?, 
¿qué decir de la luna 
testigo de este sentir?; 
parecía eterno el momento 
y sus manos navegaron 
en aquellas montañas 
extasiadas ante usted. 

Sin palabra alguna 
sólo pasó, sí, sólo pasó; 
mire usted que ni su nombre me dio, 
no me importó y ahora… 
de mis labios salió ese adiós. 

Regresé una y mil veces 
y ahí a ese lugar 
lleno de usted, lleno de mí, 
y llenamos las ganas 
que ahora parecen sólo nada. 

Mgabriel Portilla MÉXICO

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