Te encontré entre las sombras
de la noche, entre el palpitar
de nuestros corazones.
Ahí sentado para mí,
en la orilla de mar,
entre el vaivén de una estrella fugaz.
Te encontré entre los gritos
del amor melancólico
y los sueños que no son pocos.
Una hermosa coincidencia
el encontrarte aquí,
entre un mundo de gente.
Entre un millón de vidas,
ente lo prohibido y la fantasía,
entre la oscuridad.
Te encontré sí,
a ti amor mío
en un mundo para dos.
MGabriel Portilla México
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