Mándame
el suspiro
soledad
mía, que mío
es el
eterno adiós.
Entre los
miles de seres
la vida
me encaminó
hacia ti.
Y en
soledad quedé
al verle
partir, sin adiós,
sé
marchó.
Soledad
mía,
mía, tan
mía como tú,
como la
flor que más se marchita.
Dime
soledad dónde
está hoy
ese amor,
ese ser
de ayer.
Y de él
me olvidé
que los
años pasaron
y hoy
recordé.
Soledad
mía,
recordé,
olvidé.
MGabriel Portilla México
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