Todo lo que
“es”, eres tú. Y esto debería ser algo tan absolutamente obvio, mas no lo es ni
por asomo. Debería ser la cuestión más sencilla de la vida que tú eres lo que
siempre ha sido y siempre será por siempre.
Pero
hemos sido embaucados. Desde niños todos nos repetían: “eres poco”…, y nos lo
creímos.
Por
eso, no sé si entenderás cuando te digo –en formulación negativa- que no puedes
cambiarte ni hacer nada para ser mejor; para ser más sereno, más feliz, más…
místico. No puedes hacer lo más mínimo.
Pero
quizás puedas empezar a entenderlo si lo formulamos de forma positiva: no
necesitas hacerlo porque, si te ves a ti mismo correctamente, verás el
extraordinario fenómeno de la naturaleza que ya eres.
Como son los árboles, las nubes, los patrones que forma el agua al correr, el fulgor del fuego, el titilar de las estrellas, las formas de las galaxias… Somos todos igual de maravillosos.
Como son los árboles, las nubes, los patrones que forma el agua al correr, el fulgor del fuego, el titilar de las estrellas, las formas de las galaxias… Somos todos igual de maravillosos.
No
hay en ti nada erróneo aunque haya limitaciones, pues al final todo tiene un sentido. Lo único que ocurre es que tú tienes la idea de que hay
algo mal en ti. Y si lo crees, lo habrá. (otra cuestión es lo que hagamos: en aquello que hacemos sí puede haber error y, si lo hay, basta con enmendarlo, no nos sirve para nada el machacarnos con el recuerdo de ese error).
Pero
no hay nada malo en nosotros. Todo forma parte del fluir, de lo que es.
Por
eso, tenemos que liberarnos del sentimiento de culpabilidad. Más aún: ni
siquiera hay que sentirse culpable de sentir culpabilidad. Y, si lo sientes, no te preocupes por ello.
Si
insistes en que no puedes parar de preocuparte, te diré: está bien, preocúpate.
Esto es “dejarse fluir”.¿Qué
haces cuando no sabes qué hacer?. Observas,
simplemente observas lo que acontece. Como cuando alguien sigue una pieza
musical: prestas atención y sigues su sonido. Y es así como hallas el sentido a
la música. Tras un tiempo de adiestrarte en ello, hallarás el sentido a toda
música. Y ese sentido será la música misma.
Alan WATTS
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué destacarías de las ideas que plasma Alan Watts en este texto anterior?.
- ¿Qué diferencias hallas entre "saber reconocer unos errores en la propia conducta" y "vivir con complejo de culpa" por esos errores?. ¿Tenemos por lo tanto que "negar los propios errores sólo para evitar el complejo de culpabilidad"?, ¿qué nos conviene hacer al respecto?.
- ¿Cómo alcanzar la armonía con nosotros mismos cuando observemos que no somos perfectos y nos agobian las limitaciones?.
- ¿A qué te vas a comprometer hoy para alcanzar tal grado de armonía en ti que te lleve a superar tu sentimiento de limitación y asumirla -no para resignarte a ella sino para aprender a aceptarla?.
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