Yo también me enamoré
de esa mirada;
no es por nada,
pero titilan sus pupilas al mirarme
y esa mueca en su sonrisa
que naufraga en mi vientre,
aletean mariposas
entre el saber
que pronto vendrá a verme.
Me enamoré
de ese corazón noble,
de la empatía de mi sentir
y más aún de mi dolor
cuando no entiendo la razón,
pero sus palabras
me alivian el alma
y sus acciones
me hacen sentir segura.
Me enamoré de esos ojos miel
y esa forma de mirar el horizonte,
de mi clavícula,
de acariciar mi mejilla,
de ese beso en la frente;
es verdad,
yo jamás podría
enamorarme de esta manera
tan real, tan sincera.
Me enamoré de esas ganas
de hacerme reír
cuando entre olas navegamos
y llegamos a puerto de amor,
después de seguir
el mapa de las estrellas
que se posan en mi piel
como lunares estelares.
Me enamoré en mi juventud
cuando sólo existía ilusión
y ahora saboreamos el abrazo
y combinamos la realidad
y la magia de vivir este amor.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo, México
Eres mi poesía más bonita
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