Bajo el cielo

Fue un milagro
cómo las luces se encendieron,
como si fueran estrellas,
tú y yo ahí recostados,
mirándonos en el espejo del cielo.

Pude ver las estrellas de tus ojos
en ese claro café
que embriaga en el placer,
unas lágrimas de felicidad.

Entre la luz de felicidad,
mirándonos de frente,
capturando cada gesto,
cada línea trazada por el tiempo.

Bajo el cielo, ese tu cielo,
quiero ver nuestro reflejo
entre los abrazos infinitos
y sentir el calor de nuestros cuerpos.

Dicen que existen
tantas formas de hacer el amor,
¡qué afortunados que somos tú y yo
de tenernos tan cerca del corazón!.

Al final,
sólo basta abrazarnos sin más,
hasta que las mariposas
nos lleven a volar una vez más.

MGabriel Portilla
Eres mi más bonita poesía
Tulancingo Hidalgo, México