Nunca olvidaré lo que aquel hombre ingresado en un hospital de Castellón de La Plana, enfermo de cáncer de hígado, me enseñó durante las noches en que acudí a velar su sueño...
Antonio no tenía familia, estaba solo desde hacía ya unos cuantos años.Su recibimiento alegre, ilusionado, lleno de paz a pesar de los dolores de su enfermedad... contrastaban con mis juicios hechos antes de verle (todos me habían dicho lo mal que estaba y la irreversibilidad de su estado de salud; decían que le quedaban sólo unos días de vida).
Aquella acogida suya me animó a tratar de ser con él un motivo más de esperanza, de ganas de luchar,... pero él era mucho mayor que yo y percibía mi desconcierto, mis ganas de ayudar casi a la desesperada, mis preocupaciones y pensamientos derrotistas... que no me dejaban ESCUCHAR.
Una de esas veces en que me afanaba para que de nada le faltara y estuviera lo mejor posible, puso su mano sobre la mía que le arropaba y dijo:
- "Cuídate mucho, amigo, cuídate mucho. No tienes que sufrir por mí porque yo estoy bien".
- "¿Cómo puede usted decirme eso cuando se está yendo y además en medio de todos esos dolores que sé que tiene en su cuerpo?".
- "Nada es esta enfermedad, buen amigo, nada. En Dios está todo mi tiempo, mi dolor y mi alegría y... eso es suficiente para poder decir que soy feliz. ¿Tú lo eres?".
- "No puedo, viéndole así".
- "Por eso te digo que te cuides; gracias por ser sincero. No quiero que vengas a visitarme y sufras por verme así porque... yo estoy de otra manera y me gustaría que tú lo pudieras ver".
Al día siguiente no pude ir a velar su sueño como las noches anteriores, fue otra persona en mi lugar; cuando volví de nuevo me enteré que Antonio había fallecido.
La tristeza me empapó por entero y me quedé con las ganas de verle y darle las GRACIAS por cuanto aprendí de él y también de conocer más a fondo su corazón repleto de Dios y de un sentido de la esperanza... que a mí se me antojaba imposible. Pero entonces y hoy no dejo de dar GRACIAS a Dios por haberle conocido, por haber compartido él conmigo aquellas noches de hospital.
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
Es una experiencia personal vivida hace ya más de 20 años pero guardo su recuerdo como si de ayer se tratara.
Hoy, en estos momentos que nos quejamos por todo -aunque sea con toda razón- y echamos peñazos contra todo y todos... olvidándonos de lo esencial: "Dios está con nosotros"...
- ¿Nos pasa que de tanto afanarnos por los problemas pasamos por alto la bondad de quien nos ama y dejamos, por lo tanto, de trasnmitir la mejor y más bella riqueza de nuestro corazón?.
- ¿Qué es la paz interior para ti?, ¿cómo se manifiesta y qué efectos produce en quien la disfruta y también en quien la recibe?.
- ¿Podríamos ser portadores de paz aún a pesar de todas las problemáticas habidas y por haber?, ¿cómo hacerla realidad hoy y aquí?.
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