Ella era tan fría
que hasta el hielo se moría
en sus manos,
no sentía
porque en cada palabra moría.
a leer entre líneas,
existen palabras
que nos matan tan lento
que la agonía es daga.
Otras palabras nos endulzan
pero al final son flechas
que se clavan tan amorosamente
que cuando no significan nada
claudican en el alma.
Parece difícil el acerbo
que cada palabra
dice en el enojo,
mata y ata a la razón.
Y me pregunto cómo es
que somos naufragantes
de un sueño lleno de palabras
hirientes acciones que nos hieren.
Mgabriel Portilla
MÉXICO
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